
Otro año comienza en la Iglesia. Nuevamente el Señor se hace presente y desea mostrarte la fuerza de su Amor desde su tierna y delicada encarnación.
Este milagro tan hermoso y que tanto nos cuesta entender y explicar se lo debemos a la valentía única que tuvo esa joven hace más de 2000 años, que vivió su fe como una aventura digna de ser aceptada desde la confianza.
Ella es grande desde su pequeñez, porque desde el silencio de sus labios nos muestra el camino al Señor y nos carga en sus tiernos brazos cuando somos débiles niños, frágiles corazones anhelantes del Amor que ella nos regaló.
Por eso es que quiero que recemos juntos. Quiero invitarte a orar con esta canción hermosa que nos presenta un Salve "explicado", rezado por la experiencia de quien nos regaló esta letra preciosa vestida con una música que nos puede transportar a lo que muchos santos vivieron a los pies de Nuestra Madre.
¡Feliz navidad, amigo!
Dios te salve María,
sagrada María,
Señora de nuestro camino
llena eres de gracia
llamada entre todas
para ser la madre de Dios.
El Señor es contigo
y tú eres la sierva dispuesta
a cumplir su misión.
Y bendita tú eres dichosa
te llaman a ti la escogida de Dios.
Y bendito es el fruto
que crece en tu vientre
el Mesías del pueblo de Dios,
al que tanto esperamos que nazca
y que sea nuestro rey.
María he mirado hacia el cielo
pensando entre nubes
tu rostro encontrar
y al fin te encontré en un establo
entregando la vida a Jesús Salvador.
María he querido sentirte
entre tantos milagros
que cuentan de ti
y al fin te encontré en mi camino
en la misma vereda que yo
tenías tu cuerpo cansado
y un niño en los brazos durmiendo en tu paz.
María mujer que regalas la vida sin fin.
Tú eres santa María
eres nuestra Señora
porque haces tan nuestro al Señor.
Eres madre de Dios, eres mi tierna madre
y madre de la humanidad.
Te pedimos que ruegues
por todos nosotros heridos por tanto pecar,
desde hoy hasta el día final
de este peregrinar.
María he buscado tu imagen serena
vestida entre mantos de luz
y al fin te encontré dolorosa
llorando de pena
a los pies de una cruz.
María he querido sentirte
entre tantos milagros
que cuentan de ti
y al fin te encontré en mi camino
en la misma vereda que yo
tenías tu cuerpo cansado
y un niño en los brazos durmiendo en tu paz.
María mujer que regalas la vida sin fin.
Dios te salve María,
sagrada María,
Señora de nuestro camino.
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